Inicio
Mi inicial
y mis dos mundos
con partes
rojas, blancas,
verdes y azules.
En el avión,
volando sobre el atlántico
me pregunto siempre,
¿voy o vengo?
Corazón
Estoy flechada por dos países.
Mi corazón está enamorado de ambos.
Cuando la flecha tira en direcciones opuestas, duele…
pero también brilla.
Mi núcleo está coronado por un penacho azteca
de mis antepasados.
Entre sus rayos inferiores laten elementos franceses;
todo se mezcla.
En mi corazón late una devoción
compartida por ambas naciones.
No me pide elegir: solo palpita y une.
Xocolatl
En mi México, el cacao tiene raíces originales
y memoria antigua, estuvo presente en ceremonias,
fue ofrecido a dioses y usado como moneda.
Aún hoy, el chocolate guarda algo de rito:
el calor de la olla de barro,
la espuma que despierta el molinillo
y el recuerdo de manos que lo recogen bajo el sol.
En Francia descubro otra celebración:
chocolates delicados como joyas comestibles,
elaborados con paciencia y técnica.
Deleite rústico, líquido en jarro,
fino o brillante en vitrina…
cada chocolate despierta un tipo distinto
de fascinación
En el arte, como en la vida, busco crear unidad y armonía.
Construyo desde lo que me hace vibrar: texturas, acentos de color, el diálogo entre la forma y el vacío, y la estructura armónica.